Título original: Outlander
Autora: Diana Gabaldon
Editorial: Salamandra
Páginas: 764
Año de publicación: 1991
Encuadernación: Rústica
ISBN: 9788498387186
PVP: 14,00€
Recién acabada la Segunda Guerra Mundial, una joven pareja se reúne por fin para pasar sus vacaciones en Escocia. Una tarde, cuando pasea sola por la pradera, Claire se acerca a un círculo de piedras antiquísimas y cae de pronto en un extraño trance. Al volver en sí se encuentra con un panorama desconcertante: el mundo moderno ha desaparecido, ahora la rodea la Escocia de 1734, con sus clanes beligerantes y supersticiosos, hombres y mujeres rudos, a veces violentos, pero con una capacidad de vivir y de amar como Claire jamás había experimentado en su anterior vida.
Acosada por los recuerdos, Claire tendrá que elegir entre la seguridad del futuro que dejó atrás y la apasionante incertidumbre del pasado que ahora habita.
Después de ver la serie de Outlander, mi objetivo era conseguir los libros de la saga. Con ocho libros repartidos en dos bolsas, comencé el primero en el autobús. No he podido soltar Forastera desde entonces.
Claire Randall es una protagonista femenina increíble. Inteligente, poco temerosa y muy cabezota. Su comportamiento chocará con el de Jamie. No sé cuál de los dos es más cabezotas, pero juntos harán una pareja encantadora. Claire deberá hacerse pasar por alguien del siglo XVIII, aunque en algunas ocasiones, su origen puede verse comprometido por sus conocimientos médicos y su pasión por ayudar a las personas. Jamie es un chico también inteligente, muy bruto y, al mismo tiempo, muy dulce. También encontraremos personajes como Murtagh, un escocés que en pocas ocasiones sonreirá, pero que mostrarán al lector escenas pintorescas; y Douglas que es, sin duda, uno de los personas más estúpidos de la novela.
Forastera es una novela que esconde intriga, pasión y acción. La ambientación es tan espectacular que será como si estuvieras en ese sitio específico. Sus más de 700 páginas no han sido leídas, sino devoradas. Los giros argumentativos dotarán a la novela de una lectura sin interrupción. Todo esto se une en un final que obliga a leer la continuación. Los capítulos son narrados en primera persona por la protagonista femenina. Algunos más lentos que otros. Las escenas sexuales no son muy explícitas y en algunas ocasiones interrumpen una acción que para el lector puede ser importante. Sin embargo, hay algo que no me ha gustado y es que algunas de estas escenas parecen más violaciones que disfrute. Pero, en definitiva, Diana Gabaldon ha conseguido unir el pasado y el futuro en una novela de lectura obligatoria.
—¿Dónde aprendiste a besar así? —pregunté, jadeante. Sonrió y me estrechó de nuevo.
—Dije que era virgen, no un monje —contestó y me besó otra vez—. Si siento que necesito ayuda, te la pediré.
—Dije que era virgen, no un monje —contestó y me besó otra vez—. Si siento que necesito ayuda, te la pediré.
4´5/5
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¡Disfrutad del día de hoy!
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